#19S. El que persevera, alcanza un dictamen verde

15.03.2018

Por: Brenda Rojas Ríos

Exactamente 32 años después de aquél 19 de septiembre de 1985 en el que otro terremoto dejó sin vida a más de tres mil personas, la Ciudad de México volvió a enfrentar otro sismo de 7.1 grados en la misma fecha, causando innumerables daños y derrumbes en edificios, casas, escuelas etc.

Ese día, en la escuela primaria de tiempo completo "Ideario de Juárez" ubicada en la Delegación Coyoacán, el movimiento telúrico tomó a todos por sorpresa. "Todo se movía con violencia inaudita y los segundos parecían eternos, por momentos pensé quetodo se abatiría, la ciudad quedaría en escombros y yo entre ellos."

Así describe una madre de familia lo que sintió ese día. Cuenta que minutos después del sismo, salió a toda prisa en busca de su hija, que en ese momento se encontraba en horario de clases.

La desesperación se apoderó de todos

Afuera de la escuela ya se encontraban bastantes padres de familia tratando de saber cómo se encontraban sus hijos. Su angustia y temor creció al ver las bardas perimetrales severamente dañadas, una de ellas había colapsado. La puerta del plantel permanecía cerrada, los padres de familia no podían entrar; una de las maestras desde adentro les decía que por favor tuvieran paciencia, que tardarían un poco en abrir porque se estaba haciendo un conteo de los alumnos. Los padres de familia, desesperados y alterados le dijeron a la maestra que se hiciera a un lado porque tumbarían la puerta. Finalmente les abrieron, cada uno corrió en busca de sus hijos. Los niños se encontraban debajo de una carpa tipo domo; tiempo atrás los padres ya habían pedido que se retirara porque consideraban que representaba un riesgo; pese a ello la directora no había hecho nada al respecto. Al ver expuestos a sus hijos debajo de la carpa, indignados decidieron mover a los niños de lugar por si había alguna réplica.

Finalizado el conteo de niños y con la seguridad de que ninguno estaba herido, la directora comunicó a los padres que estuvieran al pendiente de los carteles que se publicarían tanto en la puerta de la escuela como en la página de Facebook. Minutos después, niños, maestros y padres evacuaron el plantel.

Barda perimetral caída (lado derecho)                Barda perimetral caída (lado izquierdo)

Después del susto, sentimientos encontrados

Al día siguiente del sismo, aparecieron en la página de Facebook de la escuela, muestras de agradecimiento a los docentes y directivos

"Gracias a dios que todos los niños y maestros salieron ilesos. La escuela al parecer tiene daños en sus bardas perimetrales que se agravaron con el sismo. Los niños cuentan que todo se movía y el tiempo se nos hizo eterno. Como papás agradecemos con el corazón a la escuela que nos hayan entregado sanos y salvos a nuestros hijos y aunque sabemos que los maestros también tienen familia e hijos que los estaban esperando y seguramente con el temor adentro... Estuvieron ahí abrazando, entregando a los niños en mano hasta el final ¡Gracias maestros!".

Pero la preocupación ante la vulnerabilidad no desaparecía. Por medio de WhatsApp, las vocales de cada grupo informaron a los padres que los directivos y docentes querían ingresar a la institución para comenzar a laborar y que las clases se reanudarían inmediatamente, ya que según ellos los daños no eran tan graves.

Mensaje: "Hoy varios padres de familia nos hicimos presentes a las afueras del plantel e impedimos la entrada a la directora y a parte del colectivo docente quienes irracionalmente querían entrar a las instalaciones a trabajar.

Respuesta 1: "¿Cómo es posible que empezando por las mismas maestras no le den la importancia a la seguridad y revisión a la infraestructura?!" (Familia, 2017)

Respuesta 2: imagen compartida 

Los intercambios en redes sirvieron de algo. La Asociación de Padres de Familia, las vocales de cada grupo y los padres en general, comenzaron a reunirse, tomaron acuerdos para presionar por escrito a la Delegación para obtener el dictamen lo más pronto posible. Mientras tanto, acordaron que no reanudarían actividades mientras no se obtuviera un dictamen.

Y el dictamen es........

Conforme los padres se iban organizando, los directivos y docentes que al inicio pretendían retornar a clases como si nada hubiese ocurrido, se fueron involucrando en las gestiones. La directora junto con un par de vocales, se hicieron cargo de los trámites y visitas a la delegación Coyoacán para que Protección Civil enviara al DRO a revisar las instalaciones de la escuela, levantara el reporte de los daños y expidiera el dictamen correspondiente a la brevedad posible.

Dos semanas después del sismo, los padres reciben la visita del personal de Protección Civil en la escuela. Después de una exhaustiva revisión en compañía de integrantes de la mesa directiva y la directora del plantel, consideraron que esa era una ESCUELA NO SEGURA. La barda perimetral severamente dañada, ponía en riesgo la integridad de todos; de igual forma se detectaron algunos salones, sanitarios y áreas de uso común con daños menores. Sin embargo, el derrumbe de la barda fue considerada como un grave peligro.

El domingo 8 de octubre por la tarde, las autoridades publicaron en la página de Facebook acciones para hacer entrega de las pertenencias que desde el 19 de septiembre quedaron en las aulas. Con la debida precaución, los padres recogieron el día 10 las mochilas y materiales de cada grupo, mientras se definían los pasos y acciones a seguir.

El viernes de esa misma semana, se presentó el Director Responsable de Obra (DRO) enviado por la SEP. Concluida la revisión, se ratificó el dictamen de protección civil de la Delegación Coyoacán: la escuela no era segura. Les explicaron que los daños no eran severos, pero sí existían riesgos, por tal razón las instalaciones no podían ser ocupadas hasta que fuesen reparadas en su totalidad.

Una orden incumplida

El lunes 16 de octubre se citó a los padres de familia a junta nuevamente. La directora les comunicó que la Dirección de Primarias número 4 (DP4) había dado la orden de reanudar clases lo antes posible, únicamente se acordonarían las áreas dañadas, se ocuparía un patio y los salones de la planta baja, de modo que los niños se mantuvieran alejados del área siniestrada.

La directoral parecer no veía ningún problema en esta orden. La escuela cuenta con 3 patios e igual número de entradas; si bien la dañada era la principal, existía la opción de acondicionar y ocupar alguna de las 2 que estaban en "buenas condiciones". En la reunión aprovechó para presentar una propuesta de horarios y días para llevar a cabo las actividades escolares, argumentando que si se recibía a los 11 grupos como normalmente se hacía antes del sismo, tendrían que ocuparse los tres patios.

Propuesta de organización de clases por grupos

Al parecer, la directora daba por hecho que los padres, al igual que ella, aceptarían sin chistar la orden de la Dirección 4. Pero los padres expresaron de inmediato su total inconformidad y se negaron a enviar a sus hijos a clases en esas condiciones.

Ese mismo día los representantes de la Asociación de Padres de Familia redactaron un escrito y lo mandaron al buzón de quejas de la Secretaria de Educación Pública (SEP), a la Delegación Coyoacán y al Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (INIFED), manifestando que no estaban de acuerdo con las órdenes de la Dirección 4, ya que ellos no pondrían en riesgo a sus hijos. También reiteraron su demanda de solución a la brevedad para que los niños no perdieran más días de clases.

Nuevas decisiones, nuevos problemas

Días después, la directora convocó nuevamente a los padres a una junta para notificarles que las autoridades de la Secretaria de Educación Pública (SEP) habían hecho caso a sus quejas y peticiones. La propuesta para reanudar clases fue trasladar temporalmente a los alumnos, mobiliario y materiales de la escuela "Ideario de Juárez" a la "Tlamachtilcalli". En el siguiente mapa se muestra la distancia entre una y otra.

Consensada la propuesta, ese mismo día la directora y los docentes de la escuela "Ideario de Juárez" asistieron a una breve reunión con la directora de la "Tlamachtilcalli" para acordar cuántas aulas podían usar. Ahí surgieron nuevos problemas; la escuela anfitriona sólo prestaría 6 espacios ubicados en el último piso del plantel. Como ese ofrecimiento resultaba insuficiente para instalar 11 grupos de alumnos, las autoridades de ambos planteles decidieron organizar el horario escolar en forma escalonada. Estos fueron los avisos informando a los padres:

  1. Primeros, segundos y terceros: entraban a las 7:50 y salían a las 11:15
  2. Cuartos, quintos y sextos: entraban a las 11:30 y salían 2:50
  3. Ningún grupo tendrá recreo, ya que el horario seria continuo, así que deberían ir desayunados o almorzados en su caso, deberían ir de pants perfectamente uniformados.
  4. Se les pide ser muy puntuales a la salida para entregar a los niños en mano
  5. Los que se iban en transporte deberían estar en contacto con el señor del servicio y mandar una nota responsiva donde se indique la situación al maestro.

No todos estuvieron de acuerdo con los horarios y mucho menos con el nivel del edificio en el que estarían sus hijos; tenían miedo de lo que pudiera ocurrir en caso de otro sismo. Además, por la vía de los hechos y por tiempo indefinido, la escuela dejaría de funcionar en la modalidad de tiempo completo. No habiendo por el momento otra opción, finalmente accedieron; con su apoyo y la participación de maestros y directora, comenzó el traslado del mobiliario y los materiales de una escuela a la otra. 

Traslado de mobiliario a la escuela cercana

Entre el 19 y el 22 de octubre, padres y maestros acondicionaros las aulas prestadas, esto debido a que la mayoría no contaban con pizarrón, mucho menos con un estante. Así fue como el día 23 los alumnos de la escuela Ideario de Juárez reanudaron clases en las instalaciones de la escuela anfitriona, conforme los horarios y días previamente acordados.

Presionar y exigir, no queda de otra

Entre el 23 de octubre y el 9 de noviembre, los padres de familia y los representantes de la Asociación de Padres de Familia vuelven a mandar escritos a la delegación Coyoacán para reiterar su solicitud de apoyo en la demolición de las bardas dañadas. A fuerza de insistir con sendos escritos, logran que el Director de Obras de la delegación asista a la institución a dar su opinión y emitir la orden de demoler las bardas.

El DRO les recomienda presionar al Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (INIFED), ya que tiene la obligación de mandar el apoyo y los recursos necesarios, "inclusive pueden ordenar a la delegación Coyoacán para que se proceda a demoler las bardas"; así lo hicieron. Nuevamente la movilización y las acciones conjuntas rindieron frutos: el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (INIFED) envió un escrito a la delegación Coyoacán aprobando la demolición de las bardas dañadas.

Después de la demolición, uno de los representantes de la Asociación de Padres de Familia se contactó de inmediato con el DRO de la Delegación para comentarle que ya no había peligro, solicitándole acudir lo antes posible a extenderles el dictamen verde, así los niños podrían regresar pronto a su espacio.

Después de varios días de insistir, el DRO acudió a certificar que la escuela se encontraba en condiciones de regresar a sus actividades habituales. Lamentablemente, el resultado no fue el esperado por los padres debido a que los trabajadores de la Delegación no recogieron el cascajo de lo que antes fueron bardas. El DRO se negó a extender el dictamen verde hasta que fuera removido.

¡A remover escombros!

Los padres de familia desesperados, desgastados y sobre todo enojados por el incumplimiento de los trabajadores de obras de la Delegación Coyoacán, convocaron a otra junta para formar brigadas de limpieza, quitar el cascajo, podar la escuela y fumigar, de manera que en la próxima visita del DRO ya todo estuviera en orden. Al concluir la jornada de limpieza, le llamaron de nuevo; éste les dio un par de fechas posibles de visita, pero nunca se presentó. 

Usted disculpe, fue un error

Uno de los integrantes de la Asociación de Padres de Familia decidió acudir a las oficinas deDirectores Responsables de Obra (DRO) para ver qué era lo que pasaba o qué trámite faltaba por hacer para obtener el dictamen verde. Estando ahí, logra que lo atienda una de las secretarias a la que le explica que la comunidad había hecho brigadas para quitar el cascajo, fumigar y hacer limpieza en general. También le informa que la escuela no tenía daños en las aulas y que necesitaban la visita de un DRO para obtener el dictamen verde, para así poder reanudar las clases en sus instalaciones.

La secretaria busca los archivos de la escuela y se encuentra con la sorpresa de que ¡la escuela ya tenía un dictamen verde! Al último DRO no se le había pasado hacer el reporte; "fue un error de oficinas, un traspapeleo", dijo la señorita a modo de disculpa.

Así fue como la ayuda mutua, la perseverancia, la organización, la coordinación de acciones y las exigencias por escrito, permitieron que esta comunidad obtuviera un dictamen verde. Alumnos y maestros pudieron reanudar tranquilos las clases el 14 de noviembre en la primaria Ideario de Juárez, su escuela.

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