Pedagogía de la emergencia y sentido común

02.03.2018

Por: Jany Saraí Hernández Vidal                                                                                                El día y hora del sismo, el profesor Andrés, director de la secundaria no. 302 ubicada en la Delegación Magdalena Contreras, se encontraba en la dirección con otras dos personas. Se percató que estaba temblando porque una de las secretarias gritó. Tomó el micrófono para indicar a la comunidad que desalojaran con rapidez, pero para su sorpresa no tenían energía eléctrica, el sonido no funcionó. A la antigua, maestros y administrativos gritaron por toda la escuela que los alumnos y el demás personal salieran de las aulas y se concentraran en la zona de seguridad.

"Mi deber", menciona el director, "es resguardar a más de novecientas personas. Si algo les llegara a pasar, legalmente mi cabeza entra en juego".

Indicaciones contradictorias

Cuatro días después del sismo, el director recibe indicaciones por parte de la Dirección Operativa correspondiente, de asistir y permanecer en las instalaciones para hacer guardia, aun cuando el mismo Secretario de Educación Pública había declarado públicamente que nadie debía estar en las escuelas hasta que no hubiera un dictamen de un Director de Obra (DRO). El director entró en conflicto porque si algo llegara a pasarle, no tendría medios para justificar su presencia en el plantel, pero tampoco podía hacer caso omiso a la indicación; finalmente decidió ir y permanecer afuera de la puerta principal. Por iniciativa propia, contactó a dos

ingenieros para que revisaran las instalaciones y asegurarse incluso con el dictamen oficial (expedido por el DRO el 28 de septiembre) que la infraestructura estaba en buenas condiciones.

Utilizar el sentido común cuando de emergencias se trata, es fundamental. Hace unos días, la directora de la secundaria 27 Alfredo E. Uruchurtu tenía problemas con los papás porque los adolescentes subieron después del sismo por sus cosas. Desde luego la directora no deseaba ningún mal para sus alumnos, más bien, lo pensó por el turno vespertino que estaba a punto de entrar y porque aún no se sabía la magnitud del sismo, y tampoco había recibido ninguna indicación de sus superiores (Comunicación personal, 29 noviembre 2017)

Acerca de la carencia de protocolos de seguridad, el maestro Andrés menciona que debe ser cuidadoso con las decisiones que tome y las acciones que haga, pues pueden fincarlo por responsabilidad de omisión; el desconocer n rubros no lo exime del - ¿por qué no lo hizo?; o bien, pueden sancionarlo por negligencia, -lo hizo pero mal.

Los maestros formalmente no reciben ninguna capacitación por parte de la SEP o de Protección Civil para hacer frente a cualquier emergencia de la manera más adecuada. Sin embargo, ambas instancias piden que los maestros sepan qué hacer en una situación de peligro. En el caso del profesor Andrés, son sus contactos personales los que acceden a impartir los cursos a cambio de remuneraciones simbólicas, como una comida; de otra forma, asegura, sería imposible pagar las capacitaciones.

¿De dónde salieron los recursos para la reparación?

Cuando pregunto si la secundaria sufrió algún daño, el director responde que parte de los aplanados se cayeron, hubo cuarteaduras en salones pero en cuanto el DRO le dio luz verde, llevó personal para reparar las fisuras y no generar psicosis dentro de la comunidad escolar.

Aclara que el financiamiento para reparar los aplanados y cuarteaduras, se cubrieron con el fondo social. ¿Qué es eso? ¿De dónde provienen los recursos? Esto fue lo que me explicó el profesor Andrés y otra persona conocedora del asunto:

Cada escuela pública tiene una cooperativa, o sea, un concesionario vende productos alimenticios dentro de ella, y a cambio la escuela recibe un porcentaje de las ganancias de acuerdo al número de niños. El dinero se va directo a una cuenta bancaria que a su vez se subdivide en tres fondos: el fondo repartible (retribuible a cada niño que invirtió $1 al principio del año), el fondo social (destinado a insumos que la escuela necesite, pero de acuerdo a una lista instituida por la SEP), y el fondo para emergencias (intocable, a menos que la escuela demande ser reconstruida por alguna catástrofe).

Iniciativas para enfrentar el retorno

La secundaria 302 fue la primera escuela pública de la zona en ser revisada por un DRO y publicada dentro de las listas oficiales. Los docentes y el director no tuvieron tiempo de reunirse para ponerse de acuerdo en la forma de trabajo para las siguientes semanas; esto les preocupaba considerando que muy probablemente, los alumnos llegarían afectados por las experiencias vividas y la información a la que estuvieron expuestos después del sismo.

Ante esta situación, el maestro Andrés propuso junto con la coordinadora pedagógica, realizar actividades especiales, sobre todo de carácter lúdico, apoyándose en documentos e información sobre cómo actuar después del sismo, las cuales obtuvieron en internet o de redes sociales.

Así, el lunes dos de octubre se reanudaron clases; las actividades preparadas facilitaron el acercamiento con la comunidad estudiantil y les permitió percatarse de lo sensibles que se sentían, algunos con un estado emocional alterado. Esto fue visible a la hora de dibujar cómo habían vivido ellos el sismo; en ese momento, una alumna expresó que su casa había colapsado. La respuesta de la comunidad escolar fue brindarle apoyo económico y en especie.

Mientras en las escuelas que tuvieron la fortuna de reanudar clases relativamente rápido los profesores y directores intentaban acercarse a conocer el estado anímico de sus alumnos, la SEP propuso un programa conocido como Pedagogía de Emergencia (PE), una propuesta de intervención educativa de urgencia para niños que han vivido un trauma psicológico.

"En 2006, en el marco del festival de la Juventud organizado por la UNESCO, Bernd Ruf entra en contacto con jóvenes traumatizados por la guerra del Líbano. A raíz de esta experiencia, desarrolla un amplio marco conceptual con el objetivo de ayudar a niños que viven o han vivido situaciones similares" ( https://www.pedagogiadeemergencia.com/ )

La SEP elaboró una guía basada en esta propuesta e introduce por primera vez el tema a finales de octubre de 2017, en la junta de consejo técnico de los directores con los supervisores. En el caso de la secundaria 302, el director recibió la información un mes después de reiniciar clases, cuando la comunidad ya se había hecho cargo de enfrentar el difícil regreso.

En opinión del director:

La Pedagogía de la Emergencia es muy buena para guiarnos en el qué hacer ante situaciones de difíciles, además, me parece una excelente excusa para retomarla a la hora de Tutoría, ello, porque cuando llegué a este plantel, los docentes estaban acostumbrados a tomar la hora de tutoría para calificar cuadernos, algunos se salían del grupo, hacían cualquier cosa menos utilizar la hora de acuerdo a lo que establece el currículum. Poco a poco se ha podido mejorar el espacio. Las actividades de la propuesta educativa favorecen la integración y sensibilización del grupo porque la dinámica que genera ésta técnica es diferente a lo cotidiano (Comunicación personal, 29 noviembre 2017)

El director me invita a ver la pantalla de las cámaras de seguridad para observar una de las actividades de la Pedagogía de la Emergencia (PE) aplicada dentro del salón. Los niños estaban sentados en dos grupos dibujando cada uno en una hoja; a simple vista, el ambiente parecía relajado. Sin embargo, segundos después, el director me menciona que es uno de los salones más amplios que tienen y que por ello, esa actividad es viable. Pero en la mayoría de los salones apenas si se puede pasar entre los pasillos porque tienen más de cincuenta adolescentes para aulas de máximo treinta.

El maestro Andrés estaba por entregar el día que conversamos, las evidencias respectivas en la supervisión. Hace hincapié en que en ocasiones las propuestas de la SEP pueden ser las mejores, pero a la hora de llevarlas a la práctica es donde las condiciones materiales (el estado de las instalaciones, el mobiliario, los materiales didácticos y los recursos económicos), entre otros factores, merman y modifican el diseño de propuestas educativas.

Para el director, la forma en que se dio a conocer la PE no fue la más adecuada. Mientras que los supervisores se fueron tres días a un hotel de la Ciudad de México a ser capacitados por el mismo autor Bernd Ruf, los directores recibieron de manos de los supervisores, un documento para que lo leyeran, lo reprodujeran en cada escuela y entregaran evidencias de que algo hicieron con ello.

En su opinión, "´la Pedagogía de Emergencia es interesante cuando la leo pero una vez más, lo que tiene mayor peso es ser autodidacta".

Y los alumnos se expresaron

Pese a todo, el maestro Andrés se muestra orgulloso de un mural que los adolescentes hicieron para dejar evidencia de su sentir después del sismo. Se reproduce aquí la imagen de este mural colectivo que también se encuentra en la página oficial de la secundaria( https://www.sec302.com )

Según explica el director, para los alumnos el rompecabezas representa las fracturas que México sufrió tanto en lo físico como en lo social y económico.

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